Desahogo de un hincha de NacionalFoto: Futbolred

Ante la tensa situación que se está viviendo por la salida de Gio Moreno, los aficionados son los que más sufren con el desastre dirigencial, y este artículo más que un lamento, es un desahogo de, Santiago Dávila, un hincha de Nacional al que le duelen los malos manejos de su club.

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La salida de Giovanni Moreno de Atlético Nacional es más que un tiro al pie que se da el mismo club. Es, además, una declaración de principios de los dueños del aviso: no nos gustan los futbolistas rebeldes, queremos borregos que se arrodillen ante la injusticia y se dediquen solo a correr en la cancha, total para eso les pagamos.

Giovanni Moreno es una muestra casi perfecta de ese estilo de futbolista lleno de magia y carácter que representa a los verdaderos hinchas de Nacional, los del paladar fino, los que nos babeamos con el fútbol de Cueto, Herrera, Macnelly, Mackenzie, Hugo Morales, García, Guerra, Aldo Leao, Cardona y tantos otros genios de la pelota que han llevado estos colores a la gloria y al reconocimiento mundial.

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Tolerar y agachar la cabeza ante semejante escupitajo en la cara por parte de los indolentes que hoy llevan las riendas del club más grande de Colombia se lo quiero dejar a esos que se deslumbran por los millones de la OAL y sufren una ausencia total de sentido crítico. Comparto equipo con esas gentes que creen que celebrar todas las decisiones del club es ser mejor persona o hincha pero no las respeto, no llevan consigo la esencia de Nacional. Entender la grandeza del cuadro del que se es hincha no es para cualquiera.

Por lo pronto, quienes reconocemos el talento en el deporte como protagonista del mismo, seguiremos siendo viudas de los Gio, los Morales, los Macnelly y todos aquellos cracks que estos indolentes se empeñen en pisotear.

Con esta absurda decisión, la OAL pasará a la historia como la artífice de uno de los autosabotajes deportivos más insólitos que se recuerden. Por ahora no nos queda otra que tragar veneno aunque tal vez, como muchas otras veces, no todo se equilibre al final.

Por Santiago Dávila - @Gandolfini1988

Comunicador Social - Universidad EAFIT Comunicador Estratégico para la web - Posgrado UdeM

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