Por: Sebastián Arboleda Rodríguez.
El FC Barcelona atravesó por un complicado periodo de irregularidad e inestabilidad; conflictos como la desastrosa presidencia de Josep Maria Bartomeu y la salida de su principal estrella Lionel Messi han marcado un antes y un después en la entidad Blaugrana. Desde la temporada 21-22 se ha venido desarrollando una reestructuración en todas sus áreas, desde el banquillo del equipo hasta el presidente del club. Incorporaciones como Joan Laporta y el mítico Xavi Hernández han reforzado la búsqueda del club por reencontrar su identidad, pero los resultados no acompañaron; no se ganó ningún título a lo largo de la pasada temporada.
Ad portas de la nueva temporada, la esperanza y las buenas sensaciones se recuperaron dentro de la comunidad catalana, esto sumado a la recuperación económica que tuvo el club debido a los hábiles movimientos de su presidente, que ha permitido tener cartera nuevamente para sumar incorporaciones de peso en la plantilla y con esto ilusionar mucho más a la afición.
Las dos primeras contrataciones llegaron a coste cero desde Italia e Inglaterra; el mediocampista Franck Kessié y el zaguero central Andreas Christensen arribaron a la ciudad condal tras finalizar sus contratos con Milán y Chelsea respectivamente.
Días después, se sumó a las filas Raphinha, proveniente del Leeds United de Inglaterra, un brasileño habilidoso y con mucho para aportar al ataque de los catalanes, este movimiento se hizo por 58 Millones de euros, cifra aceptable teniendo en cuenta los altos precios que se manejan actualmente en el mercado. Sin haber procesado la llegada del extremo, se concretó la llegada de la nueva estrella blaugrana; el reciente ganador del premio Fifa The Best, Robert Lewandowski, arribó a Barcelona por unos 45 millones para convertirse en ese delantero referente que necesita el equipo para materializar el juego colectivo en anotaciones. Este fichaje sin dudas es el que más ilusión genera a los hinchas y el que más expectativas ha sembrado en todos sus seguidores.
Finalizando el mes de julio, uno de los defensas más jóvenes y con mayor proyección del mundo se sumó al equipo catalán, Jules Koundé se cambio de región en España para dirigirse a la ciudad condal luego de un paso exitoso por el Sevilla, donde ganó una Europa League y se consolidó como un gran central. El Barcelona logró cerrar el acuerdo por 50 millones de euros, arrebatándole el fichaje al Chelsea y asegurando un central de garantía que puede aportar mucho al equipo dentro del terreno de juego.
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Cuando se creía que el mercado había finalizado para el Barça, el último día de fichajes se concretaron los refuerzos nuevamente a coste cero de Marcos Alonso y Hector Bellerin, provenientes del Chelsea y Arsenal respectivamente.
Estas últimas contrataciones son la cereza en el pastel para firmar lo que fue uno de los mejores movimientos de fichajes en la historia del fútbol, firmando jugadores de alto renombre a nivel mundial y con poco dinero invertido en comparación a la inversión que hacen muchos clubes en cada ventana de pases. Este mercado ha incrementado la expectativa que se tiene para el club esta temporada, donde de la mano de Xavi se buscará volver a la gloria a la cual está tradicionalmente acostumbrado el club catalán.