Pedro Sarmiento recibe un plantel reventado que tendrá que sacar adelante, luego de que Hernán Darío Herrera fuera removido de su cargo tras los malos resultados en el campeonato.
Por: Mateo Quintero Ríos.
El momento deportivo del club no es el mejor y esto se vio reflejado en la plantilla que no ha mostrado su mejor nivel en la presente temporada. La motivación que hubo para ganar el título parece haberse esfumado y hoy solo se ve un banquillo que flaquea por las lesiones y la improvisación de posiciones.
El juego no ha podido fluir en La escuadra Verdolaga y solamente se ven algunos chispazos en el ataque con los que se han logrado anotar goles y sacar victorias para maquillar la crisis. No se ve coordinación en los pases y los errores son una constante.
Sarmiento llegó a Nacional como asistente de El Arriero para trabajar en la zona defensiva, pero, ahora le tocará asumir el mando y remar contra la corriente para volver a recuperar la confianza y meterse en zona de clasificación.
El panorama es complejo en la institución paisa, sobre todo con el tema de la plantilla, especialmente con la parte de centrales y mediocampistas que ha sido el talón de Aquiles en el funcionamiento en la cancha.
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Aunque hay nombres de peso en la nómina, esta se está quedando corta ante las lesiones que se han venido presentando. El timonel encargado deberá saber administrar lo que tiene y ser lo más eficiente posible para comenzar a sumar de a tres y convencer a la hinchada para que siga acompañando.