Medellín vivió una fiesta que trascendió las canchas y se metió de lleno en el corazón del barrio. “Juega Salvaje”, el movimiento de fútbol callejero impulsado por Futto y Nike, convirtió el Perpetuo Socorro en el epicentro de la creatividad, el talento y la cultura urbana, con un evento gratuito que mezcló workshops, arte, música y la fuerza de los colectivos locales.
El torneo se llevó a cabo en 50|50, un espacio donde la estética del fútbol callejero encontró su lugar natural entre murales, estructuras industriales y un ambiente vibrante que le dio vida al espíritu del juego de barrio. Allí, jóvenes y aficionados celebraron la esencia más pura del fútbol: esa que nace en canchas improvisadas, en rejas oxidadas, en paredes rayadas que guardan historias de generaciones enteras.
“Juega Salvaje” nació con la intención de recuperar esa autenticidad. La unión entre Futto y Nike fortaleció la iniciativa, convirtiéndola en un punto de encuentro imperdible para quienes viven el fútbol como un estilo de vida. En Medellín, los torneos de barrio son un ritual: una fiesta popular en la que cada jugada desata una esperanza y donde el talento se respira en cada esquina. Futto refleja esa cultura y la proyecta como un movimiento que reivindica el espacio público y el bienestar juvenil a través del deporte.
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Pero “Juega Salvaje” fue solo el comienzo de un camino mucho más grande para Nike en Colombia. “Juega Salvaje es el abrebocas de algo emocionante que se vendrá el próximo año para Nike Colombia y es Toma El Juego, una plataforma de fútbol callejero dirigida por jóvenes diseñada para liberar la alegría, la libertad y la expresión creativa del juego”, explicó Juan Carlos Galindo, Gerente General de Nike Colombia.
Toma El Juego, ya lanzada en Los Ángeles, llegará al país en 2026 para expandirse en Medellín y Bogotá. Su intención es clara: servir a las comunidades futboleras, unir la cultura hiperlocal con la creatividad juvenil y proyectar a la próxima generación de atletas a través de torneos y experiencias impulsadas por la comunidad.
Con “Juega Salvaje”, Medellín no solo vivió un evento: dio el primer paso hacia una nueva era del fútbol callejero, donde el barrio vuelve a ser el protagonista y donde la pelota, una vez más, escribe historias desde la calle hacia el mundo.