Foto: Cortesía

Por: Mateo Quintero Ríos.

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Los poderosos se coronaron campeones de la Liga Águila 2016-l de la mano de Leonel Álvarez y las figuras que llegaron al plantel para esa temporada. Luego de eso, el rendimiento comenzó a bajar, los jugadores claves se fueron del equipo y los directivos no volvieron a invertir en buenos nombres para reforzarse.

Desde 2014, en Medellín se comenzó el proceso en el que llegaron a dos finales (en ambas fueron subcampeones con Santa Fe en 2014-ll y Deportivo Cali en 2015-l). La tercera fue la vencida para el rojo de la montaña en el torneo de apertura 2016, superando a Junior de Barranquilla con un global de 3-1.

La escuadra poderosa contaba con un buen trabajo táctico y con hombres de buena trayectoria que le daban solidez en la cancha. Sin embargo, todo se fue desinflando al semestre siguiente de haber conseguido la estrella, tanto así, que Álvares fue removido del cargo tras ser eliminados por los cardenales en los Play-Offs.

El presupuesto para las contrataciones se redujo gradualmente y los referentes abandonaron el elenco, dejando huecos en algunas posiciones. Esto se vio reflejado en una serie de altibajos que le costó la cabeza a más de un DT.

En 2018-ll, volvieron a disputar el campeonato de liga con los tiburones, pero, esta vez fueron derrotados en el global 5-4. Los tres años siguientes, serían para el olvido en los antioqueños, sin poder clasificar a los ocho durante cinco veces consecutivas. El único consuelo fueron dos copas ganadas en 2019 y 2021.

Solo hasta la pasada temporada, clasificaron a cuadrangulares, pero una derrota con Deportes Tolima apagó las ilusiones de una nueva estrella en la penúltima fecha.

Actualmente, esta situación no ha cambiado mucho y todavía no se ve una inversión notable que vuelva a poner en lo más alto a la institución. También se volvió una constante el cambio de estratega cada seis meses por malos resultados.

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