Gabriel Camargo falleció a sus 80 años de edad luego de perder la batalla contra un cáncer. Estuvo durante 40 años al mando del Deportes Tolima, pero su labor no solo quedó grabada en el «Vino Tinto y Oro», sino, en todo el FPC.
Por: Mateo Quintero Ríos.
Este dirigente fue ejemplar para todo el fútbol colombiano durante todos los años que estuvo dirigiendo al Tolima. Aunque se le recuerda por su excelente gestión en el elenco «Pijao», también ocupó cargos públicos, donde trabajó por el deporte.
Luego de estar vinculado con la Liga de Atletismo de Boyacá, llegó para hacerse socio del «Vino Tinto y Oro». Dada su hoja de vida, esto le bastó para llegar al senado durante dos períodos en los que logró conseguir recursos para el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, además encontró varios patrocinadores para el equipo.
Lo más destacable de su carrera como directivo fue la visión que tuvo para contratar jugadores a bajo precio, potenciarlos y venderlos por grandes cantidades a distintos clubes del continente como Boca Juniors y Gremio de Porto Alegre.
Los jugadores salidos de sus filas fueron grandes figuras en los equipos colombianos. Atlético Nacional, Junior de Barranquilla, América de Cali y Deportivo Cali fueron algunos de los históricos más beneficiados de la cantera tolimense.
Con plantillas modestas, de la mano de los técnicos consolidó procesos que tuvieron al equipo figurando en instancias finales del campeonato colombiano y dejando una buena imagen en torneos internacionales.
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Lo logrado por Camargo es un ejemplo a seguir para las demás instituciones del FPC que se gastan fortunas contratando jugadores y técnicos que no rinden para luego pagar millonarias indemnizaciones que solo dejan pérdidas económicas.