Dicen que perder enseña y te permite crecer. Eso es así mientras entiendas las causas de las derrotas. Atlético Nacional que hasta hace poco era el ejemplo a seguir, grita a Sudamérica y Colombia que está en crisis deportiva.
Por: Julio Palacio
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La imagen Guimaraesca del equipo de Alejandro Restrepo era lo peor que le podía pasar a un CT joven; que prometió buen juego a su llegada y decepcionó en el momento menos indicado.
En muchos momentos de la temporada, vimos un Atlético Nacional con límites, alejado de la esencia por momentos, con falta de chispa, ingenio y personalidad-; un Atlético Nacional muy humano y terrenal, que con el pasar de los meses iría acercándose a su propio techo. Pero al fin y al cabo, ese era el resultado de un equipo sin base y sostén táctico, dudoso en el día a día, frágil y perdido.
Cuando no conoces a dónde quieres llegar, perderte es la opción más probable y esto le ocurrió al club en el 2021, donde su director deportivo se convirtió en asistente técnico.
Si el despido de Guimaraes se puede explicar por la imagen ofrecida tras las eliminaciones en Copa, Liga y Libertadores; la contratación de Restrepo fue vista como una improvisación más de una dirección deportiva y una junta directiva encariñada a los volantazos.
Del acierto en estas altas y bajas, de la fusión de los nuevos y los antiguos y de todos ellos, dependerá gran parte de las aspiraciones del club para la temporada 2022. Esta continuará una década que empezó de forma menos halagüeña que la anterior, que inició encaramado a lo más alto y siendo el ejemplo de mejor equipo del país.
Ahora, la posibilidad de sufrir una ‘Millosnizacion’ es factible. Antes que buscar conquistar, ha de encontrar la forma de competir. Más importante que saber qué se quiere, es conocer cómo se quiere llegar a ese qué. Encontrar el camino para no seguir perdido.
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